La Isla Negra de Pablo Neruda

La Isla Negra de Pablo Neruda

Primitivamente este lugar se llamaba la Quebrada de Calvín. Este es el mismo nombre que una aldea del concejo de Taramundi en Asturias (España) mencionada por Alonso de Córdoba, primer gestor de esta zona cuando era colonia española.


Pero el nombre que ha dado fama y con el que se relaciona este lugar es sin duda “Isla Negra”. Este es el nombre con el que bautizó Pablo Neruda esta antigua población costera, al ver una roca negra en el mar vecino a su casa. El gusto por la vida y la libertad hicieron que Pablo Neruda buscara un lugar bello y tranquilo para su poesía. Aquí encontró el emplazamiento ideal y tras comprar el terreno y una pequeña casa de piedra a un antiguo navegante español en 1938, se dedicó a convertirla en la vivienda perfecta para escribir.

Vistas al gran azul

Vistas al gran azul

En los años posteriores, Pablo Neruda se dedicó a renovar y reformar la casa, poniéndola a su gusto. Así construyó una torre en el acceso, una gran chimenea y un ventanal mirando al mar.

La casa contiene infinidad de objetos recogidos por el poeta a lo largo y ancho de todo el mundo, con especial predilección por las máscaras, los barcos en botellas, las conchas de mar y los mascarones de proa. No en vano, la propia mesa donde escribía es un gran tablón que vino con la marea, regalo del mar, fruto posiblemente de un naufragio.

La tierra y el mar

La tierra y el mar

Todo en la casa remite irresistiblemente al mar, recordándonos continuamente que Neruda fue siempre un nostálgico marinero en tierra. Como ejemplo, una barca varada, utilizada para tomar el aperitivo con los amigos.

Aperitivo marítimo

Aperitivo marítimo

La casa está llena de grandes ventanales, abierta a la luz, es heredera del mar y sobretodo nos transmite un claro sentimiento: todo está lleno de la defensa a ultranza de la vida como un regalo que jamás se ha de desperdiciar.

El gran pez nos observa

El gran pez nos observa

También, como no podía ser de otra forma, todo está lleno de elementos que nos remiten a la fantasía y creatividad inherentes a un artista: el ojo de un gran pez nos observa, como si la fantasiosa casa estuviera hundida en el mar al igual que la antigua y legendaria Atlántida.

Oda al vino

Oda al vino

Se puede disfrutar de una buena comida en la casa de Pablo Neruda, a la vez que se deleita el espíritu: Las paredes exteriores del restaurante están cubiertas de poemas de Neruda con temas relativos a la buena comida, como sus Odas al Caldillo de Congrio y al Vino.