Laguna Cejar, Ojos del Salar y la Laguna Tebinquinche
La Laguna Cejar es un increíble lugar situado en medio del Salar de Atacama. Se llega a ella tras recorrer muchos caminos de polvo flanqueados por algunas hileras de estoicos árboles, que, de alguna inconcebible manera, logran sobrevivir en este desierto en el que nunca llueve.

Pastizales salados
La belleza es extrema, como las propias condiciones de vida del lugar. El suelo está compuesto por terruños de sal entre los pastizales amarillos que surgen de las azules aguas de la Laguna. Al fondo se pueden observar los rojos Andes al atardecer, con el volcán Licancabur como telón de fondo.

El rojo volcán
La experiencia de bañarse en la Laguna, que contiene una concentración de sal y superior a la que se encuentra en el Mar Muerto, es como flotar en el espacio. La concentración salina puede ser incluso dolorosa cuando el agua se evapora y en la piel quedan los cristales de sal; ardientes y cortantes.

Ásperas burbujas
Fe de esta concentración salina la dan las blancas burbujas solidificadas de sal que recorren la orilla, y que forman un entorno casi de otro planeta.

Ojos del Salar
A poca distancia de la Laguna Cejar encontramos “Los ojos del salar” que son una especie de pozos surgidos de la tierra de un intenso color azul turquesa. Es necesario acercarse mucho a ellos si se quiere disfrutar de su belleza, ya que no son visibles en la línea del horizonte. Pero sin duda merece la pena, sólo por observar el contraste entre las aguas de un profundo color azul y las intensas tonalidades ocres del desierto.