Atacama, majestuosa desolación

Atacama, majestuosa desolación

Al norte de Chile, encerrado entre el Pacífico y las majestuosas cumbres de los Andes, se encuentra el lugar más seco y alto de la tierra: el desierto de Atacama. Un lugar que se acerca más a las tierras de otros mundos que a las de éste. La multitud de tonos sangre nos traslada a campos marcianos. Se trata de un lugar mágico donde el aire susurra a los volcanes y a los grandes arenales. El paisaje, casi místico, nos invita a deleitarnos con un silencio sólo interrumpido por el viento. Una visión tan intensa que sugiere que esta fue morada de grandes dioses y demonios.


Aunque a priori pudiera parecernos que estas tierras no pueden ofrecer nada más que un horizonte desolado, la vida brota gracias a las aguas que bajan de las múltiples quebradas. Aquí, en la más absoluta de las nadas, y más allá de las grandes cordilleras recortadas por un añil extremadamente intenso, encontramos un tesoro: la Laguna Chaxa. Multitud de flamencos andinos rosas se alimentan rodeados del amarillo de los pajonales, la blanca espuma de sal y el azul del cielo y del agua.

La llamada Laguna Verde, a una altura de 4.350 m., es otro enclave importante, sobre todo para los amantes del montañismo que desean hacer cumbre en el Volcán Ojos del Salado -el volcán más alto del mundo con 6.891m. y las demás cumbres como el Incahuasi (6.838m) y el San Francisco (6.018m). Contemplar sus aguas turquesas flanqueadas por los gigantescos volcanes en una suerte de valle circular es un auténtico placer para la vista, aunque debido a su salinidad su interior es incapaz de albergar vida.