Chuquicamata: savia vital

Panorámica de la mina de Chuquicamata
Tras un breve paseo por la extraña ciudad de Calama visitamos el Departamento de Relaciones Públicas de Codelco Norte. Nuestro objetivo es conseguir el pase para la mina de Chuquicamata. Con sus 800 hectáreas y sus 1.250 metros de profundidad es considerada la mina a cielo abierto más grande del mundo. De aquí se extrae oro y cobre de alta calidad.

Enormes camiones recorren sin descanso la mina
Asombra ver como gigantescas máquinas excavadoras y descomunales camiones se adentran una y otra vez en la sobrecogedora brecha minera para la extracción del mineral. En el yacimiento todo es a lo grande; las palas pueden arrancar de 20 a 120 toneladas de material y los camiones son del todo desmesurados hasta tal punto que la cabina del conductor está a la altura de un segundo piso.

El eterno retorno
Tras más de 80 años de asentamiento y debido a la expansión de la propia mina, la población de Chuquicamata sufrió un traslado forzoso. Los niveles de contaminación en la zona eran alarmantes con un aire irrespirable y altas cotas de anhídrido sulfúrico así como arsénico. Los mineros y sus familias fueron realojados en la cercana ciudad de Calama. El desalojo oficial fue declarado el 18 de mayo de 2007.

Gran tienda La Vicuña
Fue muy interesante pasear por el antiguo y ya extinto pueblo que albergaba a los mineros y a sus familias. El poblado, llamado “el campamento de Chuquicamata” se creo muy cerca de la mina desde 1911 a 1915, fecha en la que se inauguró, llegando a tener hasta 25.000 trabajadores. Durante la caminata nos encontramos con edificios singulares como el Club Social de Empleados, equipado con seis boleras y considerado como una de las primeras instalaciones de este tipo construidas en el territorio de Chile. También llama la atención el llamado “Emporio La Verbena”, una tienda que durante más de 70 años ofreció sus servicios y recordada por el “Viejo Pascuero”. La gran tienda “La Vicuña” construida en 1926 está enclavada en la calle principal y es una buena muestra de la arquitectura de principios del S.XX. en América del Sur. El pueblo será preservado para mantener viva la historia de sus pobladores aunque por desgracia ya nadie jugará en estos columpios abandonados.

Los columpios del Campamento de Chuquicamata