Rosario entre el Paraná y la Bandera
Neones desalmados
Rosario, una ciudad llena de historia, fue fundada en el S.XVIII como parte de la ruta del Camino Real que llevaba desde Córdoba hasta el Paraguay. Aquí las mercancías eran distribuidas en barcos apostados en los márgenes del río Paraná, donde comenzaba el transporte fluvial. En torno a este río se construyó una capilla dedicada la Virgen del Rosario, de la que recibió el nombre la ciudad, y a la que la población adoraba.
El Vestido Verde
En un paseo por la calle Córdoba nos sumimos en lo provincial, en un urbanismo clásico. El patrimonio monumental está salpicado de un hermoso contraste entre edificios historicistas y otros más funcionales de los 60-70. Todo ello aderezado con fachadas y carteles pintados junto con neones destartalados. La sensación que me produce es la de un lugar y un tiempo en el que la vida pasa despacio, donde amodorrarse parece obligado hasta que la propia conciencia te diga: ¡despierta!.
Decollage Kioskero
El Monumento a la Bandera, es sin duda, su punto de atracción principal ya que, según la tradición, el general Manuel Belgrano ondeó por primera vez aquí la bandera argentina en febrero de 1812.El conjunto consta de una torre de unos 70 m. con una cripta en su base, una plaza y una sala de entrada o propileo donde arde una llama votiva dedicada al soldado desconocido. El lugar no es precisamente apacible, más bien provoca desasosiego, ya que la belleza del monumento está basada en el impacto brutal y racionalista de su arquitectura.Es frecuente ver como los rosarinos utilizan el Monumento como escenario de sesiones fotográficas de cumpleaños de quince e incluso de bodas. Nunca imaginé que el amor y la guerra pudieran quedar tan fotogénicamente cerca.
Dragones en Rosario
Un lugar realmente apacible es el Parque de la Independencia, que para la mayoría de los rosarinos es el principal lugar de esparcimiento de la ciudad. En él darse un paseo es obligado, disfrutando de la quietud que destila con su pequeño y coqueto embarcadero, sus ruinas peristilas de orden compuesto, sus puentes y por supuesto, sus puestos de golosinas y de los tan castizos churros.
Primos Lejanos
Rosario es una ciudad volcada hacia el río Paraná, que le sirve de sustento y de comunicación. La mirada al agua turbia y densa nos lleva a preguntamos qué clases de seres ancestrales pueden habitar sus aguas. La respuesta está muy cerca: en las márgenes del río se encuentran una serie de puestos con enormes (y a veces terroríficos) peces sacados esa misma mañana del negro caudal del Paraná. Tanta vida… y tanta muerte.
Los peces tienen sangre
Si levantamos la vista al frente, en cambio, el fluir de los barcos cruzando por debajo de un hermoso puente hace que nos preguntemos qué ruta y qué viaje le deparará al marinero.
El lento fluir