Colonia de Sacramento: vertiginosa quietud

Colonia de Sacramento: vertiginosa quietud

Embarcadero en Colonia de Sacramento

Embarcadero en Colonia de Sacramento

En el margen opuesto de la gran ciudad de Buenos Aires, al norte de la confluencia del río Uruguay y del Río de la Plata se encuentra Colonia de Sacramento, un buen lugar para contemplar como amaina la tempestad de la intensa y agitada vida porteña.

A través de las ventanas

A través de las ventanas


Paseando por sus calles se aprecia su antigua y convulsa historia. Españoles y portugueses fueron protagonistas destacados de la misma, en una disputa feroz por su dominio, de la que han dejado numerosos vestigios en las empedradas calles. Estas calles y callejuelas conservan una magia que se ha quedado ahí para siempre, aromatizada por el olor a salitre, signo inconfundible de un mar bendecido y temido al mismo tiempo.

La quietud del delta

La quietud del delta

Un apacible cauce nos lleva a través de una constelación de coches antiguos. Es difícil saber si sus dueños sienten un especial gusto por el romanticismo de lo vetusto o por de la imposibilidad material de pegar el salto a lo más actual… o seguramente una mezcla ambos. En cualquier caso… Ford T (1910), Vauxhall 12-4 (1937), Citröen Rosalie (1932), Citröen TA (1934), Citröen AMI 6 (1961), Citröen Mehari (1972), Chevrolet Impala (1972), Ford Victoria, Fiat 850 (1964), Simca 5 (1936), Peugeot 404 (1960)… Todo un placer encontrarse con tan bellas máquinas. El deleite máximo sería escuchar rugir aquellos motores, aunque mi impresión es que la mayoría de ellos se limitan a ser meros artefactos inoperativos con una única función decorativa, contribuyendo a crear una imagen de antigüedad y decadencia en este baluarte del recreo para los visitantes del otro lado de la orilla.

Ranch Wagon herido

Ranch Wagon herido

A pocos kilómetros de la ciudadela de Colonia nos encontramos con el Real de San Carlos, que constituyó el núcleo de la resistencia española en tiempos de la dominación portuguesa. En este mismo lugar, el millonario naviero argentino Nicolás Mihanovich tuvo la genial idea de convertir este emplazamiento en la Biarritz del cono sur, construyendo un complejo turístico que constaría de un gran casino, un frontón de pelota vasca (actualmente sigue siendo el más grande de toda América) y una plaza de toros al más puro estilo neomudéjar de la Monumental de Las Ventas de Madrid.

Plaza de toros en Real de San Carlos

Plaza de toros en Real de San Carlos

Todos sus esfuerzos quedaron en la nada, pues tras ser inaugurada el 9 de enero de 1910 y después de haber celebrado tan sólo 8 corridas de Toros, el gobierno de Uruguay en 1912 prohibió la celebración de corridas de Toros, con lo que la plaza pasó a ser otro edificio más devorado por el tiempo y el abandono. El único consuelo que nos queda es comprobar que sigue siendo una buena localización para sesiones fotográficas, como lo fue para la presentación del Seat Ibiza Bocanegra.

Seat Ibiza Bocanegra en la Plaza de Toros de Real de San Carlos © SEAT

Seat Ibiza Bocanegra en la Plaza de Toros de Real de San Carlos © SEAT

De regreso, un paseo por este margen del delta nos deja estupefactos con la última vaharada de la vida de este infecto río donde la existencia, o mejor dicho, la supervivencia se están viendo seriamente afectadas. Cuándo nos daremos cuenta de que nuestro destino está unido al de las especies que nosotros mismos exterminamos.

La ultima vaharada de vida

La ultima vaharada de vida