San Antonio de Areco: nostalgia gaucha

San Antonio de Areco: nostalgia gaucha

A poco más de cien kilómetros de Buenos Aires nos encontramos con San Antonio de Areco, una de localidades más antiguas y representativas de La Pampa, que ha sabido mantener casi intactas las tradiciones de los gauchos.

Antigua Casa Municipal

Antigua Casa Municipal


El pueblo de San Antonio de Areco, lugar recio y nostágico, conserva un gran patrimonio monumental, que además dotarlo de una nobleza particular, lo convierte en punto de referencia de La Pampa. Lo más característico es el aura que desprenden sus calles, que deben ser transitadas sin prisa, lánguidamente, con una visión que oscilará entre la pasión y el sosiego. Sus calles, edificios coloniales y elementos rurales nos hablan de una historia que pasó y quedó aquí fijada, aunque también huyera luego.

Las luces arquitectónicas arequenses

Las luces arquitectónicas arequenses

Un lugar imprescindible es la visita al antiguo Boliche de Bessonart situado entre las calles Don Segundo Sombra y Zapiola, un lugar donde parece no haber pasado el tiempo. Su antigua decoración está marcada por el trasiego de paisanos y personajes peculiares del campo para proveerse.

Boliche de Bessonart

Boliche de Bessonart

Por aquí pasó Don Segundo Ramírez, el gaucho en el cual se inspiró Ricardo Güiraldes para escribir la novela Don Segundo Sombra. Todo en el establecimiento conserva el sabor de antaño; cientos de botellas polvorientas de etiqueta antigua, destartaladas sillas de madera y hierro, una antigua caja registradora… y algún que otro cartel que nos muestra como fue la vida en otro tiempo.

Cartel encontrado en el Boliche de Bessonart

Cartel encontrado en el Boliche de Bessonart