Buenos Aires, introspección retroactiva

Buenos Aires, introspección retroactiva

Cartel encontrado enfrente del Cementario de la Recoleta

Cartel encontrado enfrente del Cementario de la Recoleta


Entre bocinas, tangos y mate la ciudad entra dentro de mí. Mil coches que envenenan el aire, mil rincones con encanto y 13 millones de personas buscando su sitio. Así es Buenos Aires. Voy explorando, buscando sin saber todavía muy bien dónde llegaré. Encontrando en cada rincón el encanto, la belleza y también la muerte grandiosa y la vida hecha trizas. Aquí empieza mi trabajo, y aquí mi aventura…

Vista del Obelisco desde la Avenida de Mayo

Vista del Obelisco desde la Avenida de Mayo

Observo bolsos de imitación de cuero en el país del cuero, jerseis de punto con bordados geométricos, pantalones tergal, kioskos llenos de publicaciones, gente fumando por la calle, repartidores de octavillas, papeles tirados por el suelo, suciedad, señoras de pelo largo y estropeado, gente joven, coches europeos de los 80 (Renault 11, Peugeot 504, Renault 9, muchos coches exclusivos de países en vías de desarrollo como el Ford Fiesta sedan, Opel/Chevrolet, Corsa sedan… aún recuerdo nuestra versión en España del Renault 5 sedan, el Renault 7 y muchas furgonetas-pickups genuinamente norteamericanas), CO2, mucho CO2, vendedores ambulantes casi de cualquier cosa… En un país con poco tutelaje social, todo el mundo se busca la vida.

Subte - Línea A - Azul Celeste - Buenos Aires

Subte - Línea A - Azul Celeste - Buenos Aires

El metro, aquí llamado “subte”, tiene seis líneas que van al centro con una única conexión entre ellas. Es así, debes ir al centro siempre para poder hacer la combinación con otra línea con la consiguiente pérdida de tiempo y caos eterno en el centro de la ciudad. Los vagones del subte son muy calurosos, la ventilación no está muy conseguida. Es interesante subir a la línea A, la de color celeste, Plaza de Mayo-Plaza Once (Miserere) en su inauguración y que hoy llega hasta Caraboo. Esta es la más antigua, inaugurada en 1913 por la Compañía de Tranvías Anglo-Argentina. Los momentos de hora punta pueden ser agobiantes, la gente se agolpa; oficinistas, adolescentes, estudiantes, amas de casa, vendedores ambulantes,…  utilizan el móvil, beben mate, conversan y permanecen atentos a las paradas pues no hay aviso de ellas ni de hacia qué lado se abrirán las puertas del vagón. La luz, compuesta por una hilera de bombillas tungsteno de 40 watios tintinean a medida que el motor del tren pide más respuesta en los acelerones, frenadas y curvas. Estos vagones nos transportan a otro lugar y tiempo.

¿Habrá marcado Messi en esta portería?

¿Habrá marcado Messi en esta portería?

En los previos de la locura del mundial la población, a falta de mejores expectativas económicas y dada la poca o nula confianza de los ciudadanos en que la clase política les lleve a vivir tiempos mejores, se vuelca en el fútbol, que de seguro les dará más de una alegría y relevancia en el plano internacional. Será Messi el nuevo Messías. Panis et Circensis.

Sifones y mate en el mercado de San Telmo

Sifones y mate en el mercado de San Telmo

Superego Postmortem. El cementerio de la Recoleta es otro de los lugares mágicos de Buenos Aires, uno de los más monumentales del mundo. Aunque pudiera parecer lo contrario es agradable recorrer sus calles y avenidas que se extienden hasta por cinco hectáreas. Más allá de las tumbas míticas, como la de Evita, que visitan mitómanos y turistas, vale la pena detenerse para observar cómo la vida se va alimentando de la propia muerte.

Superego Postmortem en el Cementerio de la Recoleta

Superego Postmortem en el Cementerio de la Recoleta

 

 

Floralis Generica en la Plaza de las Naciones Unidas

Floralis Generica en la Plaza de las Naciones Unidas

Muy cerca del Museo Nacional de Bellas Artes MNBA, se encuentra la gran escultura de 23 metros fabricada en acero inoxidable, alumino y hormigón, la Floralis Generica. Esta gran escultura fue construida por el escultor argentino Eduardo Catalano en 2002 y su característica principal es que se compone de un sistema eléctrico que hace que sus seis enormes pétalos se abran por la mañana y se cierren por la noche, con una luz roja y verde que emana de su interior.

Palacio Kjemer de los Elefantes

Palacio Kjemer de los Elefantes

Un claro ejemplo de zoológico decimonónico, inaugurado en 1875, es el de Buenos Aires. Por regla general todos los parques de animales suelen tener un halo de tristeza, siendo en este caso más acusado ya que las instalaciones apenas han sufrido modificaciones desde su apertura. Lo más característico son las construcciones que acompañan a cada uno de los recintos donde se encuentran los animales; así las jirafas se refugian en una construcción estilo islámico, los elefantes en un palacio Kjemer (al estilo de los templos camboyanos)… todo ello salpicado de construcciones centroeuropeas y carruseles de caballitos.

Carrusel de caballitos

Carrusel de caballitos

Muy cerca del zoo, se encuentra el Jardín Japonés, construido con motivo de la visita de Akihito en 1967, actual emperador de Japón. Ahora está administrado por la Fundación Cultural Argentino-Japonesa y es un buen ejemplo de jardín japonés si no se ha tenido la oportunidad de visitar ninguno en el lejano oriente. Además complementa su oferta con actividades culturales, gastronómicas y un vivero en el cual se pueden adquirir bonsais.


Jardín Japonés

Jardín Japonés

La Boca, barrio emblemático de Buenos Aires donde se mezclan truhanes, vendedores de recuerdos, turistas, bailarines de tango, perros callejeros… Símbolo de los suburbios, la inmigración y los barrios bajos de la ciudad. Destaca por su colorido ya que estas infraviviendas fueron construidas con metal y restos de pintura de los barcos del puerto. La parte mejor conservada, es obviamente, la calle  de El Caminito, y si eres tan osado como para salir de esta calle turística puedes experimentar el ataque de delincuentes adolescentes buscando dinero fácil, como así lo sufrió el que subscribe.

El Perro, La Boca y El Filete

El Perro, La Boca y El Filete

Como extremo opuesto a La Boca, se encuentran la Reserva Ecológica de Costanera Sur y Puerto Madero que se erigen como lugares de esparcimiento y negocios del S.XXI. La reserva se extiende por 350 hectáreas, parece muy grande pero su circunvalación se puede hacer cómodamente durante una hora en bicicleta (unos 8 kms.). No es una reserva real, pues es terreno fue ganado al río con los escombros de la construcción de las autopistas en los años 70 y 80. Allí podremos encontrar pastizales, lagunas, sauces, acacias e innumerable especies ornitológicas además de una enorme fábrica que contrasta con la increíble naturaleza.

Respirando

Respirando "aire puro" en la reserva Costanera Sur

Los almacenes del antiguo puerto se han convertido en restaurantes de lujo, que flanquean una orilla los diques, mientras que en la otra orilla se encuentran enormes edificios de apartamentos y oficinas que llegan a alcanzar los 170 mts. de altura. Merece una visita el Puente de la Mujer del arquitecto-ingeniero español Santiago Calatrava (muy parecido al Puente del Alamillo, sobre el río Guadalquivir de la isla de la Cartuja en Sevilla). Esta pasarela peatonal con suelo de madera se convierte en lugar de paseo obligado.

Rascacielos en Puerto Madero

Rascacielos en Puerto Madero

El Café Tortoni es otro de los imprescindibles de Buenos Aires. Inaugurado en 1885, conserva el ambiente de los antiguos cafés de antaño: camareros de negro con pajarita, muebles de madera, buenos cafés y decoración que subraya el antiguo esplendor que vivió. Todos los días ofrece espectáculo de tango en sus múltiples salas.

Tango en el Café Tortoni

Tango en el Café Tortoni