La isla donde los hombres hablan como los pajaros

La isla donde los hombres hablan como los pajaros

Cuando me propusieron realizar el reportaje fotográfico para ilustrar el expediente por el que se presentaría el Silbo Gomero como candidato a Patrimonio Inmaterial de la UNESCO me pareció una aventura fascinante. Suponía conocer en profundidad la Isla de La Gomera, ya que era necesario capturar no sólo el paisaje, si no además diversos aspectos constitutivos de la vida en el isla, como la agricultura, pesca, gastronomía… Esto me dio la oportunidad, no sólo de disfrutar de unos paisajes de increíble belleza, sino también de tratar con gente cálida y amable que me ayudó a entender y disfrutar esta maravillosa isla.


Adjunto unos fragmentos de uno de los reportajes que he ilustrado sobre La Gomera. Está escrito por Montserrat Cano, estupenda escritora y conocedora de los rincones más bellos de “la estrella de mar flotando en el océano”.

La orografía en la Gomera es impresionante

La orografía en la Gomera es impresionante

La Gomera es una de las islas más pequeñas y occidentales del Archipiélago de las Canarias. El adjetivo de Afortunadas o Bienaventuradas, con que se las conoce a todas desde la antigüedad, sigue siendo válido para ella. Sus apenas 370 kilómetros cuadrados son un santuario para especies vegetales extintas en casi todo el mundo y para tradiciones de origen prehispánico.

La Isla es una especie de gigantesca estrella de mar flotando en el océano. Con poco más de 40 kilómetros de diámetro, alcanza una altura máxima de 1.486 metros en el Alto de Garajonay, casi en su centro. Desde la meseta central, se abren profundos barrancos, que a su vez se escinden en otros y que acaban en el mar. […]

Pantanero fumando en pipa

Pantanero fumando en pipa

La naturaleza y el ser humano en armonia

En La Gomera apenas existen las líneas rectas. Las carreteras de la isla –en general bien trazadas y cuidadas- son una inacabable serie de curvas, subidas y bajadas que bordean impresionantes barrancos. Aquí las distancias no se miden en kilómetros sino en tiempo. Por carretera se puede llegar a casi cualquier punto de la isla pero hay que hacerlo sin prisas, disfrutando de las extraordinarias vistas. Está prohibido superar los 60 kilómetros por hora, pero a ningún viajero en su sano juicio se le ocurriría ni siquiera alcanzar esa velocidad. Y un record importante: no hay un solo semáforo en toda la isla. Ni falta que hace. […]

La joya de la isla es, sin duda, el bosque de Garajonay, declarado Parque Nacional en 1981 y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1986. Ocupa más del 10% de la superficie de la isla y está formado principalmente por diversas especies de laurisilva (una reliquia del Terciario), fayas y brezos. También aquí, el ser humano ha colaborado con la naturaleza en lugar de, como es tristemente habitual, ir en su contra. Durante siglos el bosque ha sido utilizado por los habitantes de La Gomera que extraían de él madera, recolectaban frutos para alimentar a los animales, llevaban a las cabras y ovejas a pastar, e incluso lo usaban como lugar de encuentro en fiestas tradicionales. Nada de eso destruyó el bosque sino que, muy al contrario, contribuyó a su conservación ya que los gomeros fueron siempre muy conscientes de la importancia del bosque para la supervivencia en la isla. […]

Los vientos alisios traen hasta la isla frentes nubosos que se instalan sobre las cumbres formando lo que se denomina lluvia horizontal, una humedad constante que alimenta el bosque y se filtra hasta el sur de la isla donde se concentra en galerías naturales que, en la actualidad, suministran agua para toda la población. En realidad, toda la isla es un espacio natural y humano único, un ecosistema perfecto en el que la actividad humana se ha relacionado con la naturaleza de forma armónica. Aún hoy, a pesar de la presión del turismo y de la economía de consumo, La Gomera conserva un aire de atavismo y de intemporalidad que la hacen especialmente atractiva.